miércoles, 26 de octubre de 2016

The 60's in Six Woody Allen's Scenes

Si analizamos el tópico de la televisión en el cine de Woody Allen encontraremos una serie de adjetivos satíricos que ridiculizan la industria. Su alter ego en "Manhattan" (1979), Isaac Davis, era un canto de gratitud hacia su oficio, expresado con el eterno desánimo que le acompaña en su oficio como guionista televisivo. El propio Allen parece huir de este medio. Otra de sus neuróticas personificaciones, David Dobel de "Todo lo demás" (2003), llega a filosofar con violencia sobre las entrañas del medio, el aprovechamiento industrial de los cómicos e incluso termina por disparar a un policía para no volver a ese mundo, a California, a la televisión. Aunque sería el genial Larry Lipton, vecino neoyorkino por excelencia en "Misterioso asesinato en Manhattan" (1993), quien dejaría para la posteridad aquella frase que reza: "La vida no imita al arte, imita a la mala televisión". España es "Sálvame" y Bertín Osborne, al menos Estados Unidos puede aspirar a Ellen DeGeneres. Quizás por todo ello el Woody Allen de "Crisis in Six Scenes" (2016), su primer trabajo nacido para la pequeña pantalla, se ríe de todo ello separando uno de sus habituales films de tono pastel en seis "chapters" de prácticamente seis escenas cada uno, llevando al extremo la sátira de algunos recurso televisivos como el cliffhanger (o dejar al espectador "colgado de de un acantilado"). Su mínima relación con la televisión, a parte de su referencia para ingeniosos comentarios, se había dado circunstancialmente con "Los USA en zona Rusa" (Woody Allen, 1994), cuando adaptó su obra "Don't Drink the Water" como una TV Movie.


Casualmente "Crisis in Six Scenes" retoma los conflictos de los sesenta, la guerra fría y un matrimonio que se ve afectado por una nueva amenaza, la necesidad buscada para entretener el apagado clima conyugal. Cada uno de los capítulos posee alguna deliciosa, habitualmente protagonizada por el propio Allen o por el club de lectura de sus esposa, una gloriosa Elaine May. El personaje de ésta parece haber seguido el perfecto envejecimiento de su magnífica esposa-de-Walter Matthau en "Corazón verde" (Elaine May, 1971) o "California Suite" (Herbert Ross, 1978). Se ve la esencia del mordaz humor-sixteen de May. Cada personaje resulta un hábil estudio de la sociedad estadounidense, su Sidney J. Munsinger es conscientemente la brillante representación del americano medio con microondas incorporado. "Crisis in Six Scenes" es básicamente diálogo y clímax, ingeniosas frases subordinadas pronunciadas con el tartamudeo habitual de todo su séquito y escenas verdaderamente jocosas, como el ver a Woody saltando entre dos edificios o el delicioso capítulo final, homenaje directo y declarado al camarote Marx. Cada episodio tiene una duración de veinte minutos, y siempre se hacen cortos, si el director ve que hay algunos lapsos temporales los completa alargando conversaciones, ideas o incorporando personajes geniales (véanse el repertorio de clientes de Mrs. Munsinger). Quizás sea Miley Cyrus el personaje más forzado, no por una mala interpretación (sobria y consumida por algunas de las geniales frases que Allen pone en su boca), sino porque resulta una presencia forzosa, artificial, un ser sitiador que se revuelve contra el color pastel de la deliciosa burguesía alleniana. "El guardián entre en centeno" se convirtió en un clásico estadounidense, cada obra fílmica de Woody Allen lo consigue desde el momento de su estreno. Hoy todos queremos cortarnos el pelo al estilo James Dean.

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