martes, 30 de agosto de 2016

Lo que la TV se llevó...

Cineastas de todo el mundo han coincidido en que el buen material audiovisual se consume hoy en día en la televisión, en nuestro país la pequeña pantalla va más allá, son las propias cadenas las que deciden el material que consumiremos. Es cierto que favorecen el creciente avance de la industria cinematográfica, sin embargo también reduce al mínimo las pocas reminiscencias artísticas que mantiene el cine de hoy en día. "Cuerpo de élite" (Joaquín Mazón, 2016) no es más que un subproducto televisivo presentado como un largometraje, una cinta creada con una plantilla efectiva, como se ha podido comprobar tras su exitoso primer fin de semana. Planteada como una sucesión de chistes fáciles que no llegan al gag, no hace más que recuperar algunos de los efectistas golpes de humor vistos en "Ocho apellidos vascos" (Emilio Martínez-Lázaro, 2014) o "Torrente, el brazo tonto de la ley" (Santiago Segura, 1998), sin llegar a la blancura de una ni a la caspa de la otra. Aunque sus guionistas, Adolfo Valor y Cristóbal Garrido, se empeñen en aclarar entrevista tras entrevista que el proyecto es anterior a la exitosa comedia autonómica escrita por Borja Cobeaga y Diego San José, sin dudar en ningún momento de la originalidad de ambas. Tengo en gran estima a los guionistas de nuestro país, habitualmente escondidos (no por voto propio) en las sombras, Adolfo Valor cultivo la poca acidez que desprende "Cuerpo de élite" en el genial programa del Gran Wyoming, "El Intermedio", teniendo un exitoso estreno en el cine, ya con Garrido, con "Promoción Fantasma" (Javier Ruiz Caldera, 2012), una inteligente vuelta al high school de los ochenta. Sin embargo la televisión hizo su irrupción, los dos prometedores guionistas comenzaron a participar en las novelas de la tarde, llevando a su literatura la planicie que acostumbra la televisión.


"Cuerpo de élite" pretende dar la vuelta al cliché, demostrando que no siempre funciona, incluyendo alguna obscenidad cuando el gag va por mal camino. Soy el primer defraudado por atenerme a cualquier espectativa, el primer entristecido por ver a los geniales Carlos Areces y Joaquín Reyes atrapados en una comedia tan lejana la suya (aún teniendo los personajes más jugosos del film), el primero que sufre viendo diálogos transparentes en actores de la talla de María León o un Juan Carlos Aduviri (muy lejano ya de su tierra natal, "También la lluvia", Icíar Bollain, 2010). Soy el primero que deseaba ver algo de los geniales sketches de "Vaya Semanita", en el primer papel cinematográfico relevante de Andoni Agirregomezkorta, después de la desapercibida "Dos a la carta" (Robert Bellsolà, 2014) y un pequeño cameo en "Mi gran noche" (Álex de la Iglesia, 2015). Otro gran pesar es descubrir que el film cuenta con medios de sobra, nos deja algunas escenas de acción deliciosas, algunos sorprendentes movimientos de cámara, todos truncados con alguna broma innecesaria. Claro que su éxito en taquilla y la participación de actores tan televisivos como Miki Esparbé, Jordi Sánchez o Silvia Abril, pueden asegurarle algún reservado en televisión, como ya tuvo el film "Perdiendo el norte" (Nacho G. Velilla, 2015) o incluso "Ocho apellidos vascos" con la particular "Allí abajo" (Atresmedia, 2015-actualidad). Lo que quiere decir que no será fácil de olvidar, aunque recibiremos con los brazos abiertos cualquier proyecto futuro de su gran equipo, al servicio de la televisión.

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