jueves, 23 de junio de 2016

Pérdida de memoria a largo plazo

Hace trece años el mundo vivió una revolución en la animación con "Buscando a Nemo" (Andrew Stanton y Lee Unkrich, 2003), un film único que logró unir a padres e hijos entre risas y una historia realmente cultivada, una búsqueda transoceánica llena de escenas memorables, chistes destornillantes, persecuciones absurdas protagonizadas por algunos de los depredadores más feroces del océano y personajes deleitables en cada uno de sus matices. Se ha decidido hacer una secuela sobre Dory, uno de los personajes estrella, un secundario protagonista de los grandes momentos del film, pero lo cierto es que cada personaje de "Buscando a Nemo" merece un spin-off propio. Aquella película de animación se ha convertido en una cinta indispensable, una historia original que dispone de una capacidad suprema para el entretenimiento. El film sorprendió también a la Academia de Hollywood que le otorgó el Oscar a la Mejor Película de Animación (por descontado), y tres nominaciones más, entre las que se encontraba la del Oscar al Mejor Guión Original, toda una hazaña para Disney Pixar, que se enfrentaba a una de sus primeras películas sin una canción en el argumento (por la que solían estar representados en las nominaciones de los Oscar). "Buscando a Nemo" tiene el añadido de un doblaje en español a la altura de la original, unas voces realmente divertidas que navegan entre el doblaje serio y el humor intrínseco que se añade a nuestras expresiones y nuestro lenguaje, sobre todas ellas destacó la fantástica Anabel Alonso, que nos hizo cantar por primera vez aquella fantástica canción: "Sigue nadando, sigue nadando, nadando...". En el reparto también encontramos maravillas de nuestro doblaje como José Luis Gil, Javier Gurruchaga, Ramón Langa o Blanca Portillo.


Para "Buscando a Dory" (Andrew Stanton y Angus MacLane, 2016), repiten Anabel Alonso que asume el protagonismo con la particular distracción que identifica al pez azul (y un poco amarillo) más famoso de todos los tiempos, además de José Luis Gil y un reconocible Javier Gurruchaga que vuelve a convertirse en el maestro raya, a los que se suman una enorme serie de voces que por primera vez tienen su representación en los créditos en castellano. Era algo extraño leer Ellen DeGeneres cuando acababas de escuchar durante hora y media la voz de una genial Anabel Alonso. En los trece años que separan ambas películas, la animación ha dado un vuelco descomunal, en televisión brillan personajes escatológicos cuyas historias siempre vienen envueltas en una cruel realidad, mientras que las películas también se han hecho con historias personales, marcadas por los sentimientos (como último ejemplo la reciente "Inside Out" (Pete Docter y Ronnie del Carmen, 2015), que resultan películas interesantes, pero que olvidan el factor más infantil, las bromas más ridículas, el "factor payaso" que es indispensable en la animación infantil, además de las grandes historias. "Buscando a Dory" recupera todo ello, vuelve al Disney Pixar de hace una década y brilla como una perfecta secuela de su antecesora, sigue su estética, mezclan sus fotogramas al comienzo del film para situar la historia, y la sigue en una misma línea de humor, de aventura y de revelación de nuevos personajes que poseen todos ellos la capacidad de hacer reír a un tipo determinado de espectador. El regreso de Dory ha sido sin duda unos de los proyectos más esperados de los últimos años, sin menospreciar la genial "Monsters University" (Dan Scanlon, 2013), y ha logrado cumplir todas las expectativas, con alguna gracia de regalo, y dos canciones que brillan por la belleza del momento. Unforgettable. ¿"Buscando al maestro raya" para dentro de trece años?

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