sábado, 3 de octubre de 2015

"Acción Mutante" (1993)

Cuando el futuro se ve desde el pasado resulta difícil resistirse a él, a ello se remitió Stanley Kubrick para sacar adelante "2001: Una Odisea en el Espacio", que en 1968 resultó una de las películas más completas desde que Georges Méliès viajase a la Luna en 1902. La misma acertada y caótica revelación debieron de tener los Hermanos Almodóvar para producir en 1993 una cinta futurista y española sobre una serie de mutantes que atentan contra la gente guapa, representada curiosamente por un Enrique San Francisco que se encuentra en su máximo esplendor, y cuyo título de mercado sería "Acción Mutante". Después de ello confirmamos que Pedro Almodóvar no es sólo un referente mundial, un ganador del Oscar, y el maestro del drama de mujeres desde el fallecimiento de Federico Fellini en 1993, sino también un vidente al que probablemente debamos el descubrimiento de Isabel Coixet, Jorge Guerricaechevarría y Álex de la Iglesia, además de la incursión en España de Guillermo del Toro. Como pieza maestra de este film de culto encontramos a un Karra Elejalde de marcado acento vasco, y que derrocha comedia años antes que "Airbag" (Juanma Bajo Ulloa, 1997), y cuya escena como pescadera espacial es toda una hazaña cinematográfica, que más tarde el próximo Álex de la Iglesia rescatará con las conexiones telefónicas de "Plutón B.R.B. Nero" (2008-2009). A comienzo del verano hablábamos con Antonio Resines, protagonista y jefe de la organización terrorista, él nos confirmaba la repercusión que tuvo en la época, cuando le reconocían en los bares como Ramón Yarritu.


Toda la película reúne esa crítica salvaje que habíamos respirado en "Mirindas Asesinas" (1991), aún sin controlar. Cientos de referencias al buen cine de siempre, las más destacable la escena de la tarta, el desaparecido Ion Gabella como José "Chepa" Montero, salía armado hasta los dientas de la tarta nupcial, transportándonos salvajemente a un particular visión de "Con faldas y a lo loco" (Billy Wilder, 1959). En esta misma escena se provoca el resto de la historia, el rapto de la novia, y la recreación de esa fiesta ochentera con Rossy de Palma y Bibí Andersen incluidas, tanto un toque almodovariano. A partir de entonces nos encontramos en una historia que jamás habríamos imaginado, el planeta Asturias, la princesa con síndrome de Estocolmo, y el Ominoso Orujo, encarnado como nadie por Fernando Guillén. Se cumple así el sueño de dos jóvenes, no sólo por su entrada en la industria, sino porque en ella se reúnen miradas al cómic, al cine, y al los sueños de toda una vida, cada plano está perfectamente cuidado, y aún así no termina por ser más que una recolección de todo ello, que para el que le guste, como es mi caso, es una pequeña joya, cuyos diálogos se ven cuidados como ningunos en el resto de la filmografía del director. En el año en el que "Belle Époque" (Fernando Trueba, 1992) arrasaba con todos los premios, el primer largometraje del vizcaíno se alzó con tres Goya, a los Mejores Efectos Especiales (Olivier Gleyze, Yves Domenjoud, Jean-Baptiste Bonetto, Bernard Andre Le Boette, Emilio Ruiz e Hipólito Cantero), Mejor Maquillaje y Peluquería (Paca Almenara) y Mejor Dirección de Producción (Esther García), habitual en el cine de Almodóvar, y a la que vemos en un campo como presentadora.


Con esta obra de culto se descubre una nueva época en el cine hecho en España, nunca antes se había visto acción y un buen guión en nuestro cine, y eso cautivó a una serie de jóvenes que desde luego no se perdieron el siguiente film del director bilbaíno, y que terminó por conquistar a la mitad de España con su demoníaca profecía. Álex Angulo, Saturnino García y Juan Viadas completan la organización "Acción Mutante", miembros de un reparto que reúne en pequeños papeles y cameos a gran parte del equipo técnico, así encontramos a Arri y Biaffra como mineros en el bar, o a Pololo como uno de los mineros locos. Santiago Segura disfruta de su pequeño papel que roza la subnormalidad y Ramón Barea se luce en su ceguera, incluso encontramos a un joven Jimmy Barnatán en un anuncio televisivo, este joven será el fantástico niño poseído de "El día de la Bestia" (1995). La televisión, los anuncios, y en "Acción Mutante" especialmente, tiene una inseparable relación con Álex de la Iglesia, desde sus orígenes, en "Mirindas Asesinas" le salvará la vida a Ramón Barea, y a lo largo de su filmografía se repetirá en todas sus películas, como su pequeño guiño al Marqués de Riscal. Pese a todo esta desbordante comedia sin moderación no logró beneficios económicos, aunque sí artísticos, pues se comenzó a madurar una idea que atormentaba a Álex y Jorge desde hace tiempo, un cura que hace mal por la salvación...

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