domingo, 26 de abril de 2015

Dentro de una jaula de grillos

Como ya recordamos Mike Nichols es uno de los directores más versátiles del cine, podía plantarse ante los espectadores con un fuerte drama de duras interpretaciones como "¿Quién teme a Virginia Woolf?" (1966) o con una comedia romántica ligera como "Armas de mujer" (1988), y con todas ellas ha conseguido que cada una brille como icono del género que utiliza. Su carrera siempre se ha destacado como una de las mejor formadas, todas sus películas han sabido alcanzar a la crítica y al público, y han conseguido mantenerse hasta nuestros días, ejemplo de ellos es una de sus cintas más alocadas y divertidas, icono de la comedia absoluta, "The Birdcage" ("Una jaula de grillos", Mike Nichols, 1996) es una auténtica obra maestra de ese cine que sabe salirse de la comedia habitual para elevarla al cuadrado. Ejemplo de este particular género son "La última noche de Boris Grushenko" (Woody Allen, 1975), "El Guateque" (Blake Edwards, 1968) o "El jovencito Frankenstein" (Mel Brooks, 1974), todos los directores citados supieron mantenerla en gran parte de sus obras. Mike Nichols se "autoreformaba" antes de cada nuevo filme, habilidad magistral que compartía con algunos directores de la talla de Stanley Kubrick, Martin Scorsese o Clint Eastwood, capaces de enfrentarse a cualquier género para sacarle lo mejor.


"Una jaula de grillos" funciona por el enfrentamiento de dos pensamientos tan opuesto y tan presentes, incluso en la actualidad, en los Estados Unidos, el pensamiento liberal y conservador que se ve obligado a convivir en una cena que funciona como una de las anticuadas tradiciones de nuestra sociedad. Claro que las interpretaciones de Robin Williams y de un espectacular Nathan Lane, que se eleva por encima de todas las divinas, ayudan bastante en la comedia que rodea este film. La comedia busca una trama sencilla que funciones, sobre la que luego cae una manta de matices que va manteniendo el calor del espectador para desembocar en un clímax álgido y esperado. El choque de ideologías entre los padres del novio y de la novia existe por necesidad, Dianne Wiest mantiene con su magnífica interpretación el estatus de mujer comprometida por la nación, sólo comparable con la primera dama de los Estados Unidos, sorprende aún más la mala graduación de las gafas de Gene Hackman, un hombre cegado por la enorme amabilidad de la homóloga de su mujer. La película es un remake de la famosa cinta francesa "La cage aux folles" (Édouard Molinaro, 1978), de ésta hubo dos secuelas más, sin embargo el público mundial ya conoce de sobra el "sueño americano" y los conflictos ideológicos del país por ser la potencia mundial, cuyas películas nos hacen ver Central Park como si del Retiro se tratase, es por eso por lo que "Una jaula de grillos" es el alcance mundial de esta historia, perfecta para pasar una tarde de domingo, como hoy.

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