sábado, 26 de julio de 2014

"Dios..."

"Dios...", fue la primera reacción de Álex de la Iglesia al enterarse del fallecimiento de Álex Angulo, a mi por lo contrario me encontró riéndome, ya que Falete estaba enseñándonos su nuevo look en "¡Qué tiempo tan feliz!", cuando en el letrero que pasa por la parte inferior de la pantalla se indicaba que el actor vasco de sesenta y un años, Álex Angulo, había fallecido en un accidente de tráfico. El mundo se me echó encima, siempre había admirado a ese gran actor, sin duda le había visto en "El laberinto del Fauno" (Guillermo del Toro, 2006), y ya me reí con su personaje en "Carne Trémula" (Pedro Almodóvar, 1997), sin saber que era élquien  lo interpretaba. Pero en el momento que tuve ante mis ojos "El día de la bestia" (Álex de la Iglesia, 1995) el actor se consagró en mi corazón, un cura que deseaba hacer el mal para tener un encuentro con el diablo antes del nacimiento del anticristo, con una escena al más puro Portal de Belén, con Santiago Segura saltando del mítico cartel de Schweppes de la Gran Vía madrileña, y con Terele Pávez rodando escalera abajo, eso era una cinta preciosa que rebosaba amor hacia la profesión. De lo que no cabe duda es de el corazón del señor Angulo era inmenso, amor a la vida, amor al cine, al teatro, a su trabajo, a su familia, a su público, a sus vecinas de Ciudad Jardín, a la kioskera del ensanche, a la mujer que le pedía un autógrafo sobre la fotogfrafía de Jeremy Irons, amor a todo.


Álex Angulo es único, y lo seguirá siendo ya que sus personajes brillan ahora más que nunca en nuestros ojos y mente, en este momento me viene a la cabeza ese manager de melena suelta de dos cómicos, era el potencial de esa película, era la unión entre Santiago Segura y el Gran Wyoming en  "Muertos de risa" (Álex de la Iglesia, 1999). Su persona es única y la sensación de saber como es su forma de ser en su vida ordinaria te demuestra lo grandísimo actor que era, lo malo que podía ser en personajes como Peláez, ese malvado enviado de arriba para supervisar el funcionamiento de la fábrica de cómics dónde trabajaba la sensación del momento, Jesús Vázquez ["El Gran Vázquez", Óscar Aibar, 2010]. O mi personaje favorito, escrito por su gran amigo, Álex de la Iglesia, ni de la Iglesia hubiese trinfado sin Angulo, ni Angulo sería tan reconocido sin de la Iglesia, los dos Álex crearon una obra maestra del cortometraje allá por 1991, Álex Angulo se convirtió en un psicópata quesólo quería tener un buen servicio, beber a gusto unas mirindas. Pero Ramón Barea, Saturnino García, y demás, hicieron que se convirtieran en unas "Mirindas Asesinas"...

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