miércoles, 23 de abril de 2014

Feliz Día del Libro - "¡¡¡Sorpresa!!!"

<<¡Sorpresa!>> 


Esa fue la primera palabra que llegó a mis oídos esa mañana, mis ojos, y en general el resto de mi cuerpo, tardaron más en reaccionar. Cuando giré mi cuerpo y abrí los ojos no había nadie, aunque... ¿quién tenía que estar? Supongo que nadie. Sencillamente fue un sueño, algo irreal. Había mezclado el final del sueño, del cual ya no me acordaba, con la realidad, cosa que me suele ocurrir a menudo. Pero esta vez fue diferente, algo me había recorrido las entrañas, aún así no le hice el más mínimo caso. 
Más tarde, a la hora del desayuno, que puede ser un dicho muy amplio en mi caso es cerca de las nueve, saltó una tostada del interior del tostador, mi primo Federico Aguante, hijo del marido de mi tía carnal del cuál ya se había divorciado por unos cuernos. Ese desalmado había dejado los cuernos de un corzo sobre la encimera de mármol y la había rayado... Lo que quería decir es que mi primo, Federico Aguante el hijo de mi tía carnal y el desalmado de los cuernos, era un futuro inventor y como yo quería una casa futurista practicaba con los elementos de mi cocina, por esto mismo esa mañana la tostada saltó del tostador, dio un increíble mortal en el aire y aterrizó sobre mi preciada frente.  <<¿Sería esa la "sorpresa"?>>, me pregunté, había recordado el sueño, lo nunca visto. No tardé en volver al baño, de dónde venía de limpiarme la frente, para repetir el proceso. Pero cuando alcé la mirada y miré mi frente en el espejo las migas que se habían agarrado a mis arrugas formaban la palabra "sorpresa". 
Después de estos sucesos hice lo más aceptable coger el teléfono para llamar a Jorge Sico, un antiguo psicópata que ahora, reconvertido, había iniciado una carrera como psicólogo. Ya me había atendido en varias ocasiones, aunque lo más divertido fue cuando nos conocimos, era su etapa como psicópata confeso, me preguntó que si podía darle un trozo de mi pelo... nunca lo olvidaré. El caso es que cuando cogí el teléfono para llamar a Jorge Sico, ex-psicópata y psicólogo ahora, me acordé de Gumersinda Lavanguardia. Gumersinda Lavanguardia era la suplente de la suplente de mi madre, aunque la suplencia de mi madre nunca se sabrá con certeza ya que mi padre, galán de los tiempos de Tony Leblanc o Manolo Escobar pero al más puro estilo Gabino Diego, me encontró en el portal del vecino de al lado. Gumersinda Lavanguardia había contraído matrimonio con mi difunto padre hacía un mes, ahora nos hacía llorar su muerte y estaba buscando una manera de internarme en un psiquiátrico para quedarse con el patrimonio que me dejó mi padre, la chistorra de la familia y la suscripción al "Vanity Fair" y a Jamones por el Mundo (ONG que secretamente fundó mi padre con ánimo de lucro). Con lo cual si llamaba a Jorge Sico o pedía ayuda a mi tía carnal o a su hijo, mi primo, Federico Aguante, estaría en un berenjenal de cuidado.
Con lo cuál decidí continuar con el día... Llamaron a la puerta, como hombre cívico y formal que soy me acerqué a abrirla, era Samuel Abece un hombre con aspecto extraño que siempre picaba a mi puerta vestido con una vieja bata roída y me entregaba un cartón de leche asegurando ser el lechero. Nunca me pregunté si era el lechero de verdad pero la leche nunca estuvo envenenada. Ese día en el cartón de leche, escrito con rotulador de colorines, estaba escrita la palabra "sorpresa". Tiré la leche, recuerdo que soy un hombre cívico y con respeto a la comunidad, pero el ansia... Tras tirar el cartón corrí como pude detrás de Samuel Abece, el cual se desplomó tras un leve empujón en la espalda. Tal vez un ataque al corazón, tal vez un desmayo, el caso es que se desplomó y corrí cual guepardo a mi casa. Sin duda esa era la sorpresa del día. 
En la puerta de mi casa me aguardaba Chus Lampreave, no confundir con la actriz de mismo nombre, pero oigan, ya es coincidencia ¿no? Chus Lampreave era una chica joven, de aspecto jovial, y que no debía de tener mucha edad. Chus Lampreave estaba enamorada de mi padre, y eso le convertía en una sub-suplente de madre. Siempre venía a mi casa a que le diese una taza de té. Chus Lampreave sostenía un libro en sus manos, "El amor en los tiempos del cólera", o eso pensé yo, resultó ser la adaptación literaria de la serie "Amar en tiempos revueltos". Esa mañana Chus Lampreave me aseguró que no quería la taza de té y se marchó. 





<<Creo que me estoy volviendo loco>>, pensé en voz alta y en pocos minutos Gumersinda Lavanguardia con su actual novio, lo que le convertía en suplente de mi padre, Pepedel PaísAno. Pepedel PaísAno era un hombre viejo y bajito de la época de galanes como Gabino Diego o Álex de la Iglesia, pero que se parecía más a Jorge Sanz. Que asco le he tenido siempre al novio de mi madre suplente, Gumersinda Lavanguardia, porque siempre supe que tras el fallecimiento de mi padre sería mi padre suplente. El caso es que Pepedel PaísAno y Gumersinda Lavanguardia me cogieron cada uno de un brazo y me llevaron al hospital psiquiátrico donde casualmente trabajaba mi compañero, Jorge Sico. Yo no puse resistencia recuerdo que soy cívico y respetuoso con la comunidad, mi madre suplente se salió con la suya y se fue con la chistorra de la familia a comer a una chistorrería, por suerte conseguí que me mandasen al manicomio el "Vanity Fair" y ahora comienzo a leer: "Opiniones de una It-Girl"... 

Siempre en el recuerdo...




No hay comentarios:

Publicar un comentario