jueves, 9 de enero de 2014

Arantxa Oteo recuerda a Berlanga

En este año nuevo seguimos recordando a Luis García Berlanga, cumpliéndose el sesenta de aniversario "Novio a la vista", Berlanga vuelve desde los ojos de Arantxa Oteo que le recuerda en el comienzo, cuando dos jóvenes (Bardem y Berlanga) hacían un primer trabajo de escuela, "Esa Pareja Feliz" sin saber el futuro que a cada uno les aguardaba. Arantxa Oteo, profesora y poeta, además de reconocida cinéfila aporta a Mondo Berlanga su recuerdo de García Berlanga. Adelante...


Arantxa Oteo recuerda a Berlanga: "Esa pareja feliz"


Me pide mi amigo Patricio que escriba algo sobre Berlanga para su blog y yo, incauta, le digo que sí, sin pensar en lo difícil que es hablar sobre alguien tan grande porque si lo hubiera pensado no le habría dicho tan alegremente que sí. No puedo pretender, además, hacer un estudio “sesudo”, no soy quién, aparte de que, además, no quiero resultar fría, y menos en estas fechas. Así que voy a apelar a recuerdos que asocio a una peli de Berlanga, sobre todo a los felices, porque me voy a centrar en una cinta que proclama la felicidad incluso en su título, "Esa Pareja Feliz".

Esa Pareja Feliz inauguró la colaboración entre Berlanga y Bardem. El hecho de ser una “ópera prima” se puede apreciar en muchos aspectos, así como que un trabajo en tándem (y vaya tándem) no siempre tiene que resultar ni fácil ni redondo. Me ha sorprendido hasta cierto punto, al indagar un poco sobre la película, que se estrenara tras el éxito de "Bienvenido Mr. Marshall", por eso de que esta se filmara después; y digo hasta cierto punto porque no cabe duda de que a Esa "Pareja Feliz" le falta la genialidad de "Bienvenido Mr. Marshall" y quizás los propios autores, conscientes de que podrían considerarla “una obra pretenciosa y fallida” que podría “chafar” el exitazo que auguraba "Bienvenido Mr. Marshall", prefirieron reservarla. Sin embargo, aprecio en ella otras cualidades, aparte de los valores resaltados unánimemente por la crítica (denuncia del consumismo exacerbado, o defensa de la unión a pesar de las dificultades) que creo que vienen asociadas a la primera vez que la vi. Y de eso me gustaría hablar.

No sé con certeza si fue sábado o domingo, pero seguro que era fin de semana. Mis padres me ponían menos trabas para ver la tele en fin de semana, aunque fuera una niña privilegiada que viera muchas obras de teatro de las de "Estudio 1" porque sobre todo mi padre decía que el teatro era cultura, y que si al día siguiente estaba más cansada habría merecido la pena. El caso es que cuando empezó la peli todos estábamos sentados ante la tele, algo que en cierto modo era raro porque mi madre no era muy televisiva (le gustaba el cine en el cine, ya ves tú) y mi padre solía buscar un libro antes que cualquier cosa que pudieran poner en la tele.

La emisión apenas había empezado cuando empecé a notar entre mis 
padres ciertas miradas cómplices. Se sonreían, por ejemplo, cada vez que salía una escena en la corrala donde los protagonistas estaban realquilados; quizás porque les recordara a la casa en que vivían mis abuelos maternos, emigrantes llegados a Madrid a principios de los 30 y vecinos de una corrala en el castizo barrio de El Rastro. Ciertos personajes también les hacían intercambiar miradas, sonrisas o gestos: el sablista, el que llama la atención en el cine, el apocado José Mª Rodero llevando a la populosa casa de barrio la noticia de que Fernando Fernán Gómez y Elvira Quintillá habían sido elegidos como pareja feliz, el director de la orquesta del Copacabana… Seguro que los identificaban con conocidos suyos, o que recordaban cuando ellos habían ido a bailar a salas de fiesta (me temo que mi llegada les fastidió esa afición). La escena en que ella se quita los zapatos de tacón debajo de la mesa provocó que mi madre le sacase la lengua a mi padre y que este soltara una pequeña carcajada, igual que la del final, en la que, descalza de nuevo, se pone de puntillas para besarlo. Mi madre era tan bajita… se pasaba la vida de puntillas, pobre, o sufriendo los taconazos que, desgraciadamente, dejó de usar bastante joven, cuando mi padre murió y ella ya no sentía la urgencia ni la necesidad de besar a alguien tan alto como él.

No recuerdo si me gustó la película o no. De hecho, solo recordaba fragmentos, pero sí que no puedo olvidarme de la escena familiar que se gestó a su alrededor. Pregunté a mis padres, por separado, el motivo de esas miraditas, que era lo que más me había llamado la atención no de la película, claro, pero sí de lo que ocurrió en mi casa cuando la vi por primera vez. No obstante, “no les saqué nada”, no conseguí saber el motivo de que Esa Pareja Feliz diera lugar a esa curiosa situación. Que yo sepa, no estaba entre las películas favoritas de mis padres, no hablaban con ella con admiración o regusto, no la destacaban por nada en especial… A mis padres les encantaban otras películas de Berlanga, sobre todo "Bienvenido Mr. Marshall", "Plácido""El Verdugo". Insistieron en que las viera, en la tele o en el cine, en cuanto tuviera ocasión y hablaban de ellas como de “obras maestras”, algo con lo que estoy muy de acuerdo… pero no sé porqué "Esa Pareja Feliz" provocó esa complicidad tan bonita entre mis padres.

En algunas ocasiones he fantaseado al respecto. He pensado que si para los personajes que interpretan Fernán Gómez y Quintillá la feria había sido su primera cita, quizás la primera de mis padres, cuando se reencontraron en Madrid después de haberse conocido en su País Vasco de niños, fuera para ver esa película. O a lo mejor en uno de esos cines que también salen en la peli, cuando el tramoyista explica con tanta profesionalidad qué es un travelling mientras la espectadora emocionada y soñadora que es su esposa está más pendiente de si Charles Boyer besa a su partenaire, se dieron su primer beso. Pero, sobre todo, me gusta pensar que mientras estuvieron juntos, y a pesar de las dificultades que tan bien se reflejan en la película y que ellos, sin duda, pasaron, mis padres fueron "Esa Pareja Feliz".

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